sábado, 7 de mayo de 2011

OSAMA BIN LADEN, OBAMA Y EL DERECHO INTERNACIONAL

Firma del 3º Convenio de Ginebra (1949)


La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue aprobada el 10 de diciembre de 1948 en París y firmada por Estados Unidos. En su artículo 3 establece: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona; en el 11.1: Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa. Pero es que además, Estados Unidos también ha firmado las diferentes Convenciones de Ginebra sobre el trato que hay que dar a los prisioneros de guerra, en concreto cabe destacar, el III Convenio de Ginebra de 12 de agosto de 1949 relativo al trato que deben recibir los prisioneros de guerra. En el artículo 13 de este convenio se establece: los prisioneros de guerra deben ser tratados humanamente en todas las circunstancias… será considerado una infracción grave de este convenio… todo acto ilícito u omisión ilícita… que comporte la muerte o ponga en grave peligro la vida de un prisionero de guerra.

La firma de estos convenios internacionales, promovidos en su día por Estados Unidos, no admite excepciones y son la base del derecho internacional en caso de guerra o paz. Desde que se inició la administración Bush (2001 – 2009) el derecho internacional saltó por los aires. La conciencia de que Estados Unidos era la única superpotencia del mundo, con capacidad de acción militar en todo el planeta tras el hundimiento de la Unión Soviética, se hizo evidente tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Estos atentados fueron la coartada idónea que la administración republicana necesitaba para poner en marcha todo su programa neoconservador. Éste incluía no aceptar las limitaciones de un derecho internacional que había servido para cuestionar las decisiones del contrario durante la Guerra Fría, pero que, actualmente, tan sólo limitaba las posibilidades de actuación del aparato militar norteamericano. Así, el 20 de marzo del año 2003 Estados Unidos, desoyendo la resolución 1441 de la ONU sobre la inexistencia de armas de destrucción masiva en Iraq, comenzó las hostilidades sobre este país. El Pentágono atacó unilateralmente con sus aliados, en un acto de fuerza que no presentaba ninguna base legal sobre la que apoyarse, excepto la fuerza de los hechos.

Pero Afganistán era diferente, el régimen talibán había apoyado a Al Qaeda en su ataque terrorista a las Torres Gemelas, por tanto, esto podía ser considerado un acto de guerra de un país contra otro. Aquí si que se activó la diplomacia internacional de un modo efectivo. Esta guerra se emprendió el 7 de octubre de 2001, amparándose en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas que invoca el derecho a la legítima defensa, incluso han participado países musulmanes como los Emiratos Árabes Unidos, Singapur, Bosnia, Azerbaiyán y Turquía.

En las elecciones del 4 de noviembre de 2008 los demócratas vuelven al poder, siendo elegido Barack Obama. Parecía que las cosas iban a cambiar, en su programa electoral hablaba de que Estados Unidos retornase al derecho internacional y de cerrar Guantánamo. Esta prisión, que se situaba en el limbo jurídico, hoy sabemos que ha mantenido bajo tortura a sospechosos sin ninguna prueba evidente, que entre éstos se encontraban menores de edad y discapacitados, además de continuar, todavía, en prisión 172 personas. Pues bien, tras situarnos en mitad de la legislatura, no sólo no ha cerrado Guantánamo, sino que con el asesinato de Osama Bin Laden sitúa, de nuevo, a Estados Unidos al margen del derecho internacional, actuando sólo en clave interna y por la fuerza de los hechos. Tras este asesinato Afganistán se sitúa peligrosamente cerca de Iraq.

Es cierto que los electores le dieron la espalda y han dado una mayoría republicana al Congreso, también lo es que Estados Unidos necesita una coartada para salir de un país que, tras diez años de guerra, es incapaz de controlar. Pero eso no justifica que a Osama Bin Laden, aunque fuese el peor enemigo del mundo, no haya sido tratado bajo la dignidad que la Convención de Ginebra establece para los prisioneros de guerra. No olvidemos que hasta los jerarcas nazis creadores del Holocausto judío fueron juzgados en juicio justo por los Tribunales de Nuremberg, promovidos por el mismo país que hoy se olvida de la legitimidad que otorga el derecho a nuestros actos, tanto domésticos como internacionales.

Sólo un último recordatorio a Estados Unidos, estamos caminando hacia un mundo multipolar, donde este país tendrá que compartir su dominio frente a potencias como China, Rusia, Brasil, etc., alguna de ellas con escasa tradición en el respeto a los derechos humanos y la legalidad internacional. Por tanto, en un futuro, que ya no parece muy lejano, todas estas decisiones de Estados Unidos y Occidente se volverán sobre nosotros, como cuando el tonto escupe hacia arriba y sonríe esperando la sustancia que le devolverá el viento.

3 comentarios:

  1. Mal andamos como el futuro esté en manos de potencias como China o Rusia con ninguna tradición democrática o liberal, como bien dices. Claro que hace cincuenta años, nadie diría que España tuviera demasiado de liberal...
    Me pregunto si la ola democrática alcanzará china algún día, y supongo que será en alguna crisis política o económica importante. Miedo da...

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  2. Naira Arroyo Lorente18 de mayo de 2011, 16:35

    En mi opinión nos encontramos ante una situación verdaderamente desconcertante, ya que Estados Unidos, promovedor de los derechos humanos, se esta aprovechando de su situación privilegiada como país más poderoso para traspasar este limite en base a sus intereses.
    Tenemos el claro ejemplo de Guantánamo, en la declaración de los derechos humanos se estableció que los prisioneros de guerra deben ser tratados humanamente en toda la circunstancias, cosa que este país no ha respetado, aún así después de haber incluido Barack Obama en su programa electoral el cierre de esta penitenciaría. Otro ejemplo es la muerte de Osama Bin Laden, esta superpotencia en este caso tampoco ha respetado el derecho internacional a la vida.
    Con esto no pretendo justificar a Bin Laden, simplemente, decir que merecía ser llevado a la Corte Penal Internacional como ser humano que era, si se han creado unas leyes hay que demostrar respeto hacia ellas y más el país promovedor de las mismas.
    Pienso que ante esta circustancia no debería haber un solo país que decida por si mismo lo que debe hacer en cada momento, ya que existiendo unas leyes internacionales deberían ser obedecidas, o por el contrario sancionar al país que ha incumplido dichas leyes, pues se supone que no se admiten excepciones.
    En base a esto creo que esta bien que haya otros paises como China, Brasil, Rusia... que puedan hacer sombra a Estados Unidos y en un futuro próximo las decisiones no sean unilaterales.

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  3. Muchas gracias por tu interesante aportación. Sólo espero... que los BIRC a los que aludes alguna vez desarrollen cierta conciencia liberal y de respeto a los derechos humanos. Un saludo.

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